CALAVERITA
A los profesores del grupo 1152:
Un día soleado la muerte andaba
paseando por Acatlán, viendo a quien se llevaba
con paso veloz
así la muerte avanzaba, bajando la voz
dice y dice leperadas
tarde se hacía
y aún no tenía a su victima del día
cuando cuenta se dió
ya estaba en Pedagogía,
recorrió los pasillos del edificio
queriendo consumar su maleficio,
en un salón que estaba lleno como botica
estaba el maestro Pablo, hablando de política,
la muerte se lo cargó, seguido de la maestra Ana María
con todo y Cathy, para que hubiera comadrería,
la maestra Sandra con Rosita
al panteón fueron a dar
de la calaca ni el maestro Oscar se pudo salvar
el pobre se quedó frío,
le siguó la maestra Rocío
ya se iba la parca satisfecha, esbozando una sonrisa,
cuando al bajar la escalera,
tropezó con alguien de prisa,
era la maestra Adriana que corria
para dar a los del 1152 su clase del día
Adriana ya ni corras,
pues será en vano tu maniobra,
hoy conmigo te vas
a tus alumnos ya nunca verás
la maestra contesta con voz decidida
mira muerte condenada
tarde es, el tiempo me gana
hoy me toca dar clase de capacitación
por lo tanto no tengo tiempo del panteón
no me voy contigo porque no me da la gana
la muerte se fue muy triste por no podersela llevar
el desaire de la maestra Adriana
casí la hizo llorar.
Felices días.
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